
Amigos y amigas: Desde ayer ya no estoy hospitalizado. Me han dado de alta, pese a que aún no he recuperado el movimiento en mis piernas y que la fuerza en mis manos y brazos no es suficiente ni para aplastar una pelotita antiestres. Escribo estas líneas, con mucha dificultad, con solo dos dedos. Parece que hubiera olvidado las lecciones de mecanografía que teníamos en el cole, por aquellos años. Escribo porque siento la obligación moral de contarles cómo estoy, cuanto avanzo, poco a pocco; y principalmente, para evitar que se piense que en mi corazón habita la ingratitud. En realidad sin la ayuda económica y moral que me han brindado y me siguen brindando, mis esperanzas de volver a caminar, a escribir, a alimentarme normalmente, a tocar guitarra... serían notoriamente inferiores a las que tengo ahora gracias a su buen corazón y su don de gente. Sus llamadas, sus mensajes, y todo gesto que han tenido conmigo, han sido el antídoto perfecto para no dejarme vencer y tener toda la fuerza para luchar. La enfermedad es dura y triste, y sin su cariño, seguramente me hubiera hundido en una depresión que ahora es lejana, gracias a tanto cariño, talvez inmerecido. A mis amigos y amigas, a mis hermanos de celendín, a las instituciones, a mis docentes compañeros de facultad; y a todas las personas que me han demostrado que Dios existe y está más presente que nunca en nosotros y en su acción, de todo corazón les digo mil gracias por todo. Sin su ayuda no me hubiera podido hacer la Plasmaféresis, ni pudiera tener ahora mis terapias, que como ustedes comprenderán, son cuestiones muy costosas. Ahora que han salvado mi vida, soy mas vuestro que mío. NOTA: En mi blog, podrán encontrar algo sobre cómo comenzó todo esto, y algunas otras cosas. Agradecido eternamente,
No hay comentarios.:
Publicar un comentario