un sitio especial, encontrarás de todo, un poco de cada cosa....un pedazo de la vida de Celendín ....TU CELENDIN....NUESTRO CELENDIN...CIELO DEL EDEN!!!!
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miércoles, 13 de junio de 2007
lunes, 4 de junio de 2007
"EL MERCADO ZONAL DE CELENDIN"
vista interior del mercado...muchas cosas se podrían mejorar..comenzando por los servicios higiénicos. Con un poco de voluntad y buen criterio se harían arreglos.....
este es el medio de transporte del campo a la ciudad..............
pesada exacta.....
pagando lo acordado....
pesando ocas...
cargando el producto...y
la pesa..

cajón con la pesa...

Aún hoy en día se vende productos agrícolas como la papa, el maiz, la cebada, el trigo y otras menestras en el Mercado Zonal "Eleazar Velásquez" en el barrio El Rosario. Pero hay algo que nos llama la atención y es la forma como se pesa los productos; esto viene desde hace un buen tiempo atrás, pudimos captar algunas tomas:
Aún hoy en día se vende productos agrícolas como la papa, el maiz, la cebada, el trigo y otras menestras en el Mercado Zonal "Eleazar Velásquez" en el barrio El Rosario. Pero hay algo que nos llama la atención y es la forma como se pesa los productos; esto viene desde hace un buen tiempo atrás, pudimos captar algunas tomas:
"EL NIÑO DE PUMARUME"
Aparte de cuidar al Niño, doña Cispina se dedica a cuirar el mal de aire, el susto y otros males. Para salir a curar le dice: -Oite mi niñito, estarás conmigo para curar nuestros prójimos. Ella me contó que una vez don Julián Gómes, negociante celendino, viajó a Lima para vender sombreros junto con su amigo.Ya de regreso, pasando por los arenales de trujillo, les entró el miedo porque por allí asaltaban y mataban. En eso escucharon un silbido. Julián con el susto le dice a su amigo: -Azota los caballos porque hoy nos matan. Cuando al cruzar una travesía, ven la cabecita de un niño asomando en la arena. Julián se apeó prontito, lo desenterró, lo cargó en su poncho y siguió camino. Llegando a Cajamarca, en medio de un descanso, el amigo le dice: -Oite julián, hay que venderlo al niño, los dos lo encontramos y tenemos que negociarlo para repartirnos. Julián se sorprendió y le dijo: -¿Por qué va a ser de los dos, si tú ni siquiera te apeaste del caballo? Yo solo lo desenterré al Niño Dios ¿Y dices que es de los dos? Eso no lo vas a ver. Así furioso, el amigo se acostó a descansar, al rato Julián lo llama para seguir el viaje y se lo encontró muerto. Asustado cargó su niño y al trote salió para Celendín. llegando a la Encañada, cansado, el Julián se apeó para decansar. Esa noche soñó que el niño le conversaba: -Oy ¿diónde pue eres? < Yo soy de Celendín-, dice que le contestó don Julián. Entonces vamos, porque yo quiero ser el Niño de Pumarume. Asi fue. pasaron los años y a la muerte de Julián la imágen pasó al cuidado de su hijo Carlos Gómez Limay. allí es cuando la mujer de Carlos le regala al Niño un terreno cerca de la choza de paja donde vivían. en ese lugar le hicieron una chocita al Niño para que la gente lo visitara. Pero de ahí se escapaba y en las madrugadas aparecía en la choza de Carlos. por eso su mujer lo amenazó con una rama de verbena, como acostumbran castigar a los niños por ese lugar, pero pese a todo el Niño sigió escapándose. Ya cansados y más bien con miedo que el Niño los deje, le construyeron su capilla en la propia choza. A la muerte de estos esposos, la imágen quedó al cuidado de Crispina, hasta hoy. Actualmente se le viene construyendo una nueva capilla con la ayuda de todos sus fieles devotos. (contado por Crispina Limay Malaver).